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Hija de Humo y Hueso

Me compré Hija de Humo y Hueso aferrándome a la promesa de que era un buen libro juvenil. Uno de los mejores de los últimos tiempos. El mismo Patrick Rothfuss (del que soy fan) dijo que desearía haber escrito él el libro. Un buen cumplido, cierto?
Así que lo leí esperando... No sé, un rayo de sol en esta polvareda de libro juvenil malo tras libro juvenil malo. Y no lo fue. Sin embargo... no es un libro malo.
De hecho tiene cosas MUY buenas. Tiene una excelente protagonista femenina. En tiempos de Bella Swan, Clary Fray y quién sabe que otra Mary Sue anda rondando, eso es algo. Ok, si, tiene el pelo azul, habla 10 idiomas, es hermosa y viaja por el mundo (ah, y después puede volar); suena a Mary Sue en cualquier manual de tropes, cierto? Pero creanme que no lo es. O no lo es tanto.
O sea, básicamente quiero decir que no es insufrible. Que no es un personaje al que le revoléas los ojos, al que queres sacudir y decirle: "Mina, despabilate!" No. Karou es un personaje bastante bien construído, tiene defectos, comete errores, habla como una chica normal (tan normal como ella puede ser), etc.. Así que por ese lado íbamos bien. Íbamos muy bien.
Luego tenemos la fascinante familia de Karou, las quimeras. Acá es donde Taylor demostró su originalidad, lo que la apartaba de otros libros del género. Las quimeras son personajes secundarios fascinantes con todo un equipaje de mitología bien fundada.
¿A qué me refiero con mitología? Pues bien, en el mundo alterno del que provienen las quimeras (criaturas con partes de varios animales mezcladas) hay una guerra eterna entre éstos y los ángeles (no los ángeles en el sentido católico de la palabra, no. Simples seres hermosos con alitas). Cuando se nos revela la existencia de este mundo y este enfrentamiento, Taylor es lista al hacerlo de tal manera que nos cuesta elegir un bando.
Y es ahí donde nos encontramos con el principal error del libro: hasta ahora teníamos una protagonista fresca y leíble, una construcción de mundos muy buena, una trama intrigante (con los dientes y las quemaduras con forma de manos marcando las puertas) y, además, la escritura estaba bastante bien. De hecho, me atrevo a decir que en su idioma original parece ser aún mejor ya que Taylor desde el primer parráfo introduce neologismos muy a lo Borges. Pero...
¡El protagonista masculino! ¡Qué decepción!
Por supuesto, el protagonista masculino, el interés amoroso de nuestra heroína, Karou, es un ángel. Su nombre es Akiva (ah! Me encantan los nombres de esta novela).
Akiva, Akiva, Akiva.... ¿por qué no tenés personalidad Akiva? Reniega tu hotness y atribúyete algún defecto de verdad y quizá te tome en serio...
Básicamente Akiva es un ángel emo que se enamora a primera vista de Karou y le da la espalda a sus iguales por amor a ella.
Ahora bien, si leíste algunas cosas del género o tenés dos dedos de imaginación, es bastante evidente casi desde el inicio del libro que Karou por alguna razón especial vive con las quimeras. Uno se plantea si ella es mitad quimera, mitad ángel, reencarnación de una quimera (sí, es esto último) o algo. Con ese pensamiento en mente pude aflojar la rabia que me generó el que Akiva se enamore en tres minutos de ella (y ella de él), me lo expliqué como un amor que venía de antes, de hace tiempo... Y estuve contenta con esa explicación... Hasta que a Taylor se le ocurrió restregarme esa explicación por la cara y dedicar el último tercio del libro a un flashback!
En este flasback (muy descolgado, por cierto) conocemos la vida de la primera encarnación de Karou, Mandrigal. Ella no es tan buen personaje como Karou pero zafa. Lo que no zafa es su historia de amor con Akiva. ¿Adivinaron? Sí, se enamoran en un tris otra vez.
Me revienta cuando pasa eso en las novelas juveniles. O sea, no digo que eso no pueda pasar en la vida real, pero es poco creíble. Es sobre todo más poco creíble cuando tu protagonista masculino no tiene personalidad. Porque lo único que le interesa a Akiva es estar con Karou/Mandrigal, lo demás le chupa un huevo. Y no, así no va. ¿Por qué voy a interesarme por el futuro de un personaje tan vacío?
Eso me hizo pensar que quizá cuando Patrick Rothfuss dijo que desearía haber escritor él el libro, lo dijo en el sentido de que si él lo hubiera escrito hubiera sacado esa mierda de Akiva y su enamoramiento instantáneo o lo habría hecho bien.
En fin. Esa es mi mayor queja del libro y no me parece poca cosa. El libro en general está bastante bien y voy a seguir leyendo sus secuelas porque estoy bastante investida en la historia de las quimeras y Karou. Pero por la historia de amor? No, gracias.

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